Las oficinas de Santillana en Brasil son cada vez más sostenibles, tras la implementación de una serie de medidas que están generando un impacto positivo en el medio ambiente y, también, en la organización del trabajo.
Actualmente, el 100% de los residuos generados en la oficina de São Paulo son reaprovechados, lo que posiciona a la unidad como ‘Zero Landfill’. Los residuos orgánicos se convierten en fertilizante, los reciclables vuelven a la industria y los no reciclables se utilizan para generar energía o materia prima para el cemento.
* El volumen considera principalmente la operación de la oficina de la empresa, sumando el volumen del Centro de Distribución en diciembre, cuando iniciamos el proyecto en la unidad.
**La diferencia entre el volumen de material recolectado y lo reciclado se debe a la contaminación de las bolsas. El material no reciclado se convertía en “residuos” y contribuía a la generación de combustible energético.
Además, se ha digitalizado el sistema de firma de contratos, lo que ha permitido que, en 44 meses, dejemos de utilizar 1.181.988 hojas de papel, lo que equivale a un ahorro de 142 árboles, alrededor de 511 mil litros de agua, 5 toneladas de residuos sólidos, además de 15 toneladas de CO2.
*Estas cifras se calcularon en función de los recursos que se necesitarían para producir el volumen de papel que se ahorró.
Por otro lado, todo el papel que compra Santillana Brasil tiene certificación de gestión forestal responsable, lo que garantiza que la materia prima es de origen sostenible. Además, todos sus proveedores están certificados por sellos nacionales o internacionales, como FSC y PEFC.
Por último, en 2023 se reciclaron 4,5 toneladas de residuos electrónicos y 243.5 kg de lámparas. La correcta disposición de estos materiales asegura que sus metales pesados no causen contaminación en el suelo y las aguas subterráneas, además de contribuir a la generación de ingresos locales.
